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Cuando el Ex-Presidente Boliviano Hernando Siles Reyes Aceptó a Cristo

Por Walter Manuel Montaño


(picar, para ver nexo: 

 

al timbre original)


…la Iglesia Católica Romana ha tenido la más favorecida posición en América Latina por más de cuatrocientos años, pero aún así durante estos siglos ha producido muy poco en relación con la moralidad y el mejoramiento social. Lo que América Latina necesita es el Evangelio de Cristo en todo su poder y belleza, el Evangelio que presenta a Cristo como el único Salvador y Mediador.

Es esta la razón por la que las Misiones Protestantes han ido a Latinoamérica para dar a conocer al Salvador Mismo, para predicar a Cristo a las multitudes, quienes, como el gran Presidente de Bolivia, Hernando Siles Reyes, han esperado tanto para escuchar de Él.

"Si alguien con mayor fuerza que la mía tratara de forzarme a tener interés en la religión,” dijo el Dr. Siles, "yo preferiría saltar de la torre de la iglesia y así matarme a mí mismo.” ¿Era este el lenguaje de un agnóstico, o la expresión de un ateo? ¡No! Sino que era simplemente el clamor de un corazón atormentado – la voz de una gran alma en angustia. El Dr. Siles, el patriota que amó a su país como muy pocos lo hicieron, quien lo sacrificara todo, aún su vida y la seguridad de su familia, tratando de traer felicidad a su nación, no era un cobarde o debilucho para hablar de esta forma. Simplemente, esa era su reacción natural cuando yo le mencionaba del valor singular  del Cristianismo, y comenzaba a decirle que la verdadera felicidad puede solamente ser obtenida en Cristo como el único Salvador de los hombres.

En una ocasión, el Dr. Siles quería dedicar el día con nosotros en un poblado fuera de Lima, Perú, a donde él había sido enviado como Embajador Boliviano después de que su presidencia terminó. De nuevo, cuando me aproximé a él con un mensaje espiritual, su reacción fue la misma – que la "religión” había sido el más grande engaño en su vida.

"Habiendo sido presidente de Universidades,” me dijo, "Yo acostumbraba decires a los alumnos que tomaran a la religión en serio. Pero cuando fui elegido Presidente de la nación, los líderes religiosos me visitaban todo el tiempo – Yo conocía a todos los obispos y arzobispos. Documento tras documento de sus expedientes llegaba a mi escritorio presidencial; a través de sus acciones, fui capaz de percibir sus corazones… ningún ciudadano honesto se habría de convertir en herramienta en sus manos.

La Iglesia Católica no recibió favores especiales de mí, y cuando algunas de sus peticiones injustas no les fueron concedidas, ella instigó a las turbas fanáticas quienes estuvieron dispuestas a quemar mi casa; furiosos como bestias salvajes, aún intentaros sacar los ojos de uno de mis hijos.

La misma y alta jerarquía Católica Romana que le dijo a la gente: ‘El destino de Dios es inmutable. Este hombre es una maldición para la nación, ¡debe de ser derrocado!’, fue la misma autoridad eclesiástica que durante mi presidencia le habló a la misma gente usando las mismas palabras: ‘El destino de Dios es inmutable. Este hombre es la elección de Dios para la nación. Sigámosle y brindémosle nuestro apoyo.’ ”

En cuanto el Dr. Siles terminó describiéndonos sus experiencias, reiteró: "Si alguien me forzara a interesarme en la religión, yo preferiría cometer suicidio.”

Dios nos usó para traer a ese gran hombre, no únicamente a la religión,* sino a los brazos amorosos del Cristo viviente, quien vino a este mundo a sanar a los quebrantados de corazón. Por vez primera, el Dr. Siles había descubierto el mensaje del Cristianismo. Desde ese día en adelante, muchas veces nos llamó por teléfono desde el palacio de la embajada: "¿Pueden venir a visitarme? Que también venga tu esposa y a tus niños. Acabo de terminar una recepción diplomática. Estoy agotado. Tengamos otra conversación. Que no se te olvide traer el Libro (la Biblia).”

* Mejor traducido como: "Dios nos permitió traer a ese gran hombre, no a la religión, sino a los brazos amorosos del Cristo viviente, quien vino a este mundo a sanar a los quebrantados de corazón…”

Nuestras visitas invariablemente terminaban con la lectura de las Escrituras. Mientras que la religión Católica le trajo al corazón del Dr. Siles un espíritu amargado, el Evangelio que trabaja una transformación le trajo paz.

En mi estudio se encuentra una foto que muestra al Dr. Siles de pie entre mi hija y yo. Esta foto fue tomada poco después de que esta maravillosa experiencia produjo semejante felicidad. Este hombre de universidades que estaba tan familiarizado con la legislación Americana al punto de que escribió más de quince volúmenes de Legislación Latinoamericana, expresa con una sonrisa en sus maravillados ojos el gozo de ser un hombre diferente.

Que cambio hubiera venido a Bolivia, humanamente hablando, si el Dr. Siles hubiera vivido por más tiempo. Un día una carta vino del General Enrique Peñaranda del Castillo, Presidente de Bolivia (El primo de Peñaranda, Néstor Peñaranda, era un bien conocido misionero Evangélico Metodista quien trabajó entre los Indios de La Paz), en la que decía que el Dr. Siles era el único hombre que podría traer paz a una nación en caos y le pidió que fuera a Bolivia con ese propósito. El Dr. Siles me habló a mí y a algunos de sus amigos solicitando consejo. Él sabía que mi interés no era político, pero el quería recibir el consejo de un hombre Cristiano en este caso de emergencia. Como un sacrificio para sí mismo, pero en un servicio imperativo para la nación, aceptó el liderazgo del gobierno, en tanto que miles de gente estaban esperando en Bolivia para darle una gran recepción. Pero… cuando se dirigía a La Paz, en Arequipa, Perú, cayó enfermo y fue enviado de regreso a Lima en avión. Justo antes de que su avión aterrizara, el Dr. Siles falleció. Un Sr. Sanjinés, quien le acompañó todo este tiempo, dijo: "La calma, la paz que el Dr. Siles mostró hasta el último momento indicaba que él no tenía miedo de dejar esta tierra, porque un mundo mejor estaba preparado para él.”

A la solicitud de la Señora Siles, permanecimos varios días antes del servicio del entierro en el palacio de la embajada, recibiendo visitantes y haciendo todo lo posible para hacer las cosas más llevaderas para ella. El cuerpo del Dr. Siles yacía en uno delos cuartos  de recepción de la embajada. El Ministro de Asuntos Exteriores de Perú y su esposa vinieron a presentar su condolencia a la familia. Conforme entraban en el cuarto, la esposa del Ministro de Exterior, una de las más fuertes partidarias de la Iglesia Católica Romana, dijo a voz sonora que fue escuchada por todos los que estaban presentes: "Bueno, pues aquí yace un ateo. Que pena que haya sido un renegado de la fe.” Poco después, la tomamos aparte y le explicamos el significado del verdadero Cristianismo. Ella dijo: "Pero yo oí que él nunca quiso recitar el rosario, que él acostumbraba decir: ‘Mientras que te toma años el contactar a Dios con el rosario, me toma un segundo el venir a Dios.’ ¡Qué herejía!”, dijo ella. Le respondimos a la esposa del Ministro de Exterior, "Que ese era el lenguaje del verdadero Cristianismo; el Dr. Siles era un verdadero seguidor de Cristo.”

En un tiempo como este, Cuando la Sra. Siles estaba sufriendo el dolor más grande de su vida, hubo también consuelo para ella. Cuando en repetidas ocasiones ella nos preguntara: "¿Acaso piensan que lo volveré a ver de nuevo en la eternidad?” le respondimos con el capítulo catorce de Juan. El Dr. Siles depositó su confianza en Cristo, le dijimos a ella, y por la gracia de Dios y por el perdón de sus pecados él recibió su salvación. Si tú haces lo mismo, la misma fe te hará heredar la promesa: "Donde yo estoy, allí también estarán ustedes.”

Sí, existe esperanza más allá de la Cortina Púrpura. Entretanto que hombres y mujeres abran sus corazones al amor de Dios, ¡habrá transformación, poder, y vida para convertirlos en nuevas criaturas!

Referencia: Montaño, W. M. Behind the Purple Curtain. Chapter XIII – Blood in the Curtain. Cowman Publications, Inc., Los Angeles, pp. 189-193. 1950.

En relación con su descendencia: "Su hijo mayor, Hernán Siles Zuazo (quien capturó al prominente Nazi ‘Klaus Barbie’), llegó a ser Presidente Constitucional de Bolivia (1956 – 1960, 1982 – 1985). Su hijo menor Luis Adolfo Siles Salinas (respetado por su firme postura en defensa de los principios democráticos) fue el Presidente interino de Bolivia durante algunos meses en 1969.” http://en.wikipedia.org/wiki/Hernando_Siles_Reyes

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