Cuando el Ex-Presidente
Boliviano Hernando Siles Reyes Aceptó a Cristo
…la Iglesia Católica Romana ha tenido la más favorecida posición en América Latina por más de cuatrocientos años, pero aún así durante estos siglos ha producido muy poco en relación con la moralidad y el mejoramiento social. Lo que América Latina necesita es el Evangelio de Cristo en todo su poder y belleza, el Evangelio que presenta a Cristo como el único Salvador y Mediador.
Es
esta la razón por la que las Misiones Protestantes han ido a Latinoamérica para
dar a conocer al Salvador Mismo, para predicar a Cristo a las multitudes, quienes,
como el gran Presidente de Bolivia, Hernando Siles Reyes, han esperado tanto
para escuchar de Él.
"Si
alguien con mayor fuerza que la mía tratara de forzarme a tener interés en la religión,”
dijo el Dr. Siles, "yo preferiría saltar de la torre de la iglesia y así
matarme a mí mismo.” ¿Era este el lenguaje de un agnóstico, o la expresión de un
ateo? ¡No! Sino que era simplemente el clamor de un corazón atormentado – la voz de una gran
alma en angustia. El Dr. Siles, el patriota que amó a su país como muy pocos lo
hicieron, quien lo sacrificara todo, aún su vida y la seguridad de su familia, tratando
de traer felicidad a su nación, no era un cobarde o debilucho para hablar de
esta forma. Simplemente, esa era su reacción natural cuando yo le mencionaba del
valor singular del Cristianismo, y comenzaba
a decirle que la verdadera felicidad puede solamente ser obtenida en Cristo como
el único Salvador de los hombres.
En una
ocasión, el Dr. Siles quería dedicar el día con nosotros en un poblado fuera de
Lima, Perú, a donde él había sido enviado como Embajador Boliviano después de
que su presidencia terminó. De nuevo, cuando me aproximé a él con un mensaje
espiritual, su reacción fue la misma – que la "religión” había sido el más grande
engaño en su vida.
"Habiendo
sido presidente de Universidades,” me dijo, "Yo acostumbraba decires a los
alumnos que tomaran a la religión en serio. Pero cuando fui elegido Presidente de
la nación, los líderes religiosos me visitaban todo el tiempo – Yo conocía a
todos los obispos y arzobispos. Documento tras documento de sus expedientes llegaba
a mi escritorio presidencial; a través de sus acciones, fui capaz de percibir sus
corazones… ningún ciudadano honesto se habría de convertir en herramienta en sus
manos.
La Iglesia Católica no recibió favores especiales de mí, y cuando algunas de sus peticiones injustas no les fueron concedidas, ella instigó a las turbas fanáticas quienes estuvieron dispuestas a quemar mi casa; furiosos como bestias salvajes, aún intentaros sacar los ojos de uno de mis hijos.
La misma y alta jerarquía Católica Romana que le dijo a la gente: ‘El destino de Dios es inmutable.
Este hombre es una maldición para la nación, ¡debe de ser derrocado!’, fue la
misma autoridad eclesiástica que durante mi presidencia le habló a la misma
gente usando las mismas palabras: ‘El destino de Dios es inmutable. Este hombre
es la elección de Dios para la nación. Sigámosle y brindémosle nuestro apoyo.’
”
En cuanto el Dr. Siles terminó describiéndonos sus experiencias, reiteró: "Si alguien me forzara
a interesarme en la religión, yo preferiría cometer suicidio.”
Dios
nos usó para traer a ese gran hombre, no únicamente a la religión,* sino a los
brazos amorosos del Cristo viviente, quien vino a este mundo a sanar a los quebrantados
de corazón. Por vez primera, el Dr. Siles había descubierto el mensaje del Cristianismo.
Desde ese día en adelante, muchas veces nos llamó por teléfono desde el palacio
de la embajada: "¿Pueden venir a visitarme? Que también venga tu esposa y a tus niños. Acabo
de terminar una recepción diplomática. Estoy agotado. Tengamos otra
conversación. Que no se te olvide traer el Libro (la Biblia).”
* Mejor
traducido como: "Dios nos permitió traer a ese gran hombre, no a la religión, sino
a los brazos amorosos del Cristo viviente, quien vino a este mundo a sanar a
los quebrantados de corazón…”
Nuestras
visitas invariablemente terminaban con la lectura de las Escrituras. Mientras
que la religión Católica le trajo al corazón del Dr. Siles un espíritu amargado,
el Evangelio que trabaja una transformación le trajo paz.
En mi
estudio se encuentra una foto que muestra al Dr. Siles de pie entre mi hija y
yo. Esta foto fue tomada poco después de que esta maravillosa experiencia produjo
semejante felicidad. Este hombre de universidades que estaba tan familiarizado
con la legislación Americana al punto de que escribió más de quince volúmenes de
Legislación Latinoamericana, expresa con una sonrisa en sus maravillados ojos
el gozo de ser un hombre diferente.
Que cambio
hubiera venido a Bolivia, humanamente hablando, si el Dr. Siles hubiera vivido
por más tiempo. Un día una carta vino del General Enrique Peñaranda del
Castillo, Presidente de Bolivia (El primo de Peñaranda, Néstor Peñaranda, era
un bien conocido misionero Evangélico Metodista quien trabajó entre los Indios de
La Paz), en la que decía que el Dr. Siles era el único hombre que podría traer paz
a una nación en caos y le pidió que fuera a Bolivia con ese propósito. El Dr.
Siles me habló a mí y a algunos de sus amigos solicitando consejo. Él sabía que
mi interés no era político, pero el quería recibir el consejo de un hombre Cristiano
en este caso de emergencia. Como un sacrificio para sí mismo, pero en un servicio
imperativo para la nación, aceptó el liderazgo del gobierno, en tanto que miles
de gente estaban esperando en Bolivia para darle una gran recepción. Pero… cuando
se dirigía a La Paz, en Arequipa, Perú, cayó enfermo y fue enviado de regreso a
Lima en avión. Justo antes de que su avión aterrizara, el Dr. Siles falleció. Un
Sr. Sanjinés, quien le acompañó todo este tiempo, dijo: "La calma, la paz que
el Dr. Siles mostró hasta el último momento indicaba que él no tenía miedo de
dejar esta tierra, porque un mundo mejor estaba preparado para él.”
A la
solicitud de la Señora Siles, permanecimos varios días antes del servicio del entierro
en el palacio de la embajada, recibiendo visitantes y haciendo todo lo posible para
hacer las cosas más llevaderas para ella. El cuerpo del Dr. Siles yacía en uno
delos cuartos de recepción de la embajada.
El Ministro de Asuntos Exteriores de Perú y su esposa vinieron a presentar su condolencia
a la familia. Conforme entraban en el cuarto, la esposa del Ministro de Exterior,
una de las más fuertes partidarias de la Iglesia Católica Romana, dijo a voz sonora
que fue escuchada por todos los que estaban presentes: "Bueno, pues aquí yace
un ateo. Que pena que haya sido un renegado de la fe.” Poco después, la tomamos
aparte y le explicamos el significado del verdadero Cristianismo. Ella dijo: "Pero
yo oí que él nunca quiso recitar el rosario, que él acostumbraba decir: ‘Mientras
que te toma años el contactar a Dios con el rosario, me toma un segundo el
venir a Dios.’ ¡Qué herejía!”, dijo ella. Le respondimos a la esposa del Ministro de Exterior, "Que
ese era el lenguaje del verdadero Cristianismo; el Dr. Siles era un verdadero
seguidor de Cristo.”
En
un tiempo como este, Cuando la Sra. Siles estaba sufriendo el dolor más grande
de su vida, hubo también consuelo para ella. Cuando en repetidas ocasiones ella
nos preguntara: "¿Acaso piensan que lo volveré a ver de nuevo en la eternidad?”
le respondimos con el capítulo catorce de Juan. El Dr. Siles depositó su
confianza en Cristo, le dijimos a ella, y por la gracia de Dios y por el perdón
de sus pecados él recibió su salvación. Si tú haces lo mismo, la misma fe te
hará heredar la promesa: "Donde yo estoy, allí también estarán ustedes.”
Sí, existe
esperanza más allá de la Cortina Púrpura. Entretanto que hombres y mujeres
abran sus corazones al amor de Dios, ¡habrá transformación, poder, y vida para
convertirlos en nuevas criaturas!
Referencia:
Montaño, W. M. Behind the
Purple Curtain. Chapter XIII – Blood in the Curtain. Cowman Publications, Inc., Los Angeles, pp. 189-193. 1950.
En relación
con su descendencia: "Su hijo mayor, Hernán Siles Zuazo (quien capturó al prominente
Nazi ‘Klaus Barbie’), llegó a ser Presidente Constitucional de Bolivia (1956 –
1960, 1982 – 1985). Su hijo menor Luis Adolfo Siles Salinas (respetado por su firme
postura en defensa de los principios democráticos) fue el Presidente interino de
Bolivia durante algunos meses en 1969.” http://en.wikipedia.org/wiki/Hernando_Siles_Reyes