7:1 "No juzguéis, para que no seáis juzgados.
7:2 Porque con el juicio con que juzgáis seréis juzgados, y con la medida con que medís se os medirá.
7:3 "¿Por qué miras la brizna de paja que está en el ojo de tu hermano, y dejas de ver la viga que está en tu propio ojo?
7:4 ¿Cómo dirás a tu hermano: 'Deja que yo saque la brizna de tu ojo', y he aquí la viga está en el tuyo?
7:5 ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.
7:6 "No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra vosotros y os despedacen.
7:7 "Pedid, y se os dará. Buscad y hallaréis. Llamad, y se os abrirá.
7:8 Porque todo el que pide recibe, el que busca halla, y al que llama se le abrirá.
7:9 ¿Qué hombre hay entre vosotros que, al hijo que le pide pan, le dará una piedra?
7:10 ¿O al que le pide pescado, le dará una serpiente?
7:11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?
7:12 "Así que, todo lo que queráis que los hombres hagan por vosotros, así también haced por ellos, porque esto es la Ley y los Profetas.
7:13 "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella.
7:14 Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y son pocos los que la hallan.
7:15 "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero que por dentro son lobos rapaces.
7:16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?
7:17 Así también, todo árbol sano da buenos frutos, pero el árbol podrido da malos frutos.
7:18 El árbol sano no puede dar malos frutos, ni tampoco puede el árbol podrido dar buenos frutos.
7:19 Todo árbol que no lleva buen fruto es cortado y echado en el fuego.
7:20 Así que, por sus frutos los conoceréis.
7:21 "No todo el que me dice 'Señor, Señor' entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
7:22 Muchos me dirán en aquel día: '¡Señor, Señor! ¿No profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos demonios? ¿Y en tu nombre no hicimos muchas obras poderosas?'
7:23 Entonces yo les declararé: 'Nunca os he conocido. ¡Apartaos de mí, obradores de maldad!'
7:24 "Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, será semejante a un hombre prudente que edificó su casa sobre la peña.
7:25 Y cayó la lluvia, vinieron torrentes, soplaron vientos y golpearon contra aquella casa. Pero ella no se derrumbó, porque se había fundado sobre la peña.
7:26 "Pero todo el que me oye estas palabras y no las hace, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena.
7:27 Cayó la lluvia, vinieron torrentes, y soplaron vientos, y azotaron contra aquella casa. Y se derrumbó, y fue grande su ruina."
7:28 Y aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes estaban maravilladas de su enseñanza;
7:29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
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