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PALABRAS HEBREAS EN EL TEXTO DE LOS SALMOS.

 

 Ciertas palabras hebreas han sido retenidas en el cuerpo del texto de los Salmos, siendo transliteradas en vez de traducidas. No formando ninguna parte de sus t�tulos, super-escritos, o sub-escritos, ellas se consideran aqu� por separado en este Ap�ndice.

 

Son dos en n�mero, es decir: HIGGAION y SELAH, y nosotros hemos preservado la forma en que se deletrean en la Versi�n Autorizada en ingl�s.

 

I.HIGGAION = SOLILOQUIO.

La palabra se encuentra en tres Salmos: Sal. 9:16; 19:14, y 92:3.

En el Sal. 9:16 se translitera "Higgaion".

En el Sal. 19:14 se traduce "meditaci�n"; y

En el Sal. 92:3 se traduce "sonido solemne".

La palabra tambi�n aparece en Lamentaciones 3:62, en donde se traduce en la Versi�n Autorizada como "estratagema", y en la Versi�n Revisada como "imaginaci�n".

Se deriva del heb. hagah�, y significa �hacer soliloquio�, hablar para uno mismo; y por lo tanto, meditar (Jos. 1:8. As� los Salmos 77:12 y 143:5).

Como nombre, significar�a una meditaci�n, o un hablar en palabras premeditadas; y por lo tanto dignas de ser memorizadas o de ser repetidas.

Si los tres Salmos se leen a la luz de esta palabra, notaremos los t�picos que son tan dignos de nuestra meditaci�n, y no pensar acerca de su m�sica (como superficialmente se mal traduce).

En el Salmo 9:16 es el juicio de Jehovah.

En el Salmo 19:14 se trata de las palabras y del trabajo de Jehovah.

En el Salmo 92:2, 3 es la bondad amorosa y la fidelidad de Jehovah.

 

II.SELAH.

Esta palabra pudiera derivarse de una de dos ra�ces; de �salah� = hacer pausa; o de �salal� = elevar.

No hay necesidad de descender a las especulaciones referentes a los t�rminos musicales. Una referencia al Ap�ndice 65 (p�g. 1, Introducci�n, Columna 1) nos llevar� a conectarla con el tema, no con m�sica; y con verdad, no con tonadas.

Algunos dicen que siempre aparece al comienzo de una estrofa; otros, que siempre al final. Pero este es un asunto de hechos, y no de argumentos.

El hecho notable es que en cuatro casos aparece en la mitad de un vers�culo: en Salmos 55:19 y 57:3; y en Habacuc 3:3, 9.

Esto es fatal para ambas teor�as, lo cual nos ayuda, y est� de acuerdo con, la conclusi�n correcta, que ambas son las dos mitades de una verdad. Selah conecta el final de una estrofa con el inicio de la pr�xima; y, ciertamente, en cuatro casos conecta el final de un Salmo con el comienzo del siguiente, uniendo as� los dos Salmos (ver la conexi�n de los Salmos 3 con 4; del 9 con el 10; del 24 con el 25, y del 46 con el 47).

Selah, por lo tanto, nunca termina ni comienza un pasaje, sino que CONECTA Los dos pasajes en el lugar en el que ha sido colocada.

Un examen de cada vez que aparece mostrar� lo que es esta conexi�n. No es nunca la pausa en un asunto; ni el paso de un asunto al siguiente: sino que es el conectar de los dos temas juntos.

Algunas veces son las Estructuras las que est�n conectadas.

Algunas veces es sint�tica, y a�ade un desarrollo de pensamiento mediante el conectar una oraci�n con aquello que forma la base de ella.

Algunas veces es antit�tica, y a�ade un contraste.

O conecta una causa con un efecto, o un efecto con una causa.

Es un nexo de pensamiento, que nos hace mirar de nuevo a lo que acaba de ser dicho, y marca su conexi�n con lo que prosigue; o con alguna ense�anza adicional como consecuencia.

As�, si fuera derivada de �salah�, hacer pausa, no es en los instrumentos de m�sica los que han de hacer pausa mientras las voces contin�an cantando; sino que son nuestros corazones los que han de hacer pausa y notar la conexi�n de preciosas verdades.

Si se derivara de �salal�, para elevar, entonces, no son los instrumentos los que han de elevar su sonido a un grado m�s fuerte, sino nuestros corazones son los que han de elevarse para considerar m�s solemnemente las dos verdades que est�n por ser conectadas.

Estas conexiones, mostrando la importancia y objeto de cada "Selah", se proporcionan en las notas cada vez que aparece la palabra.

El fen�meno conectado con "Selah" podr�a as� ser declarado:

La palabra aparece setenta y cuatro veces en la Biblia, y todas las veces aparece en el Antiguo Testamento.

De �stas, setenta y uno se encuentran en el Libro de los Salmos, y tres se encuentran en el Salmo modelo: "La oraci�n de Habacuc", cap�tulo 3.

El uso de la palabra est� confinado a treinta y nueve Salmos del total de 150. En diez y seis de �stos treinta y nueve aparece una sola vez (7, 20, 21, 44, 47, 48, 50, 54, 60, 61, 75, 81, 82, 83, 85, y 143); y de estos treinta y nueve Salmos, treinta y uno aparecen en Salmos que se le entregan al "M�sico Principal". (Ver Ap�ndice 64.)

En quince Salmos aparece dos veces (4, 9, 24, 39, 49, 52, 55, 57, 59, 62, 67, 76, 84, 87, y 88).

En siete Salmos aparece tres veces (3, 32, 46, 66, 68, 77, y 140).

En un Salmo aparece cuatro veces, es decir, en el Salmo 89.

Se distribuye a trav�s de los cinco Libros de los Salmos (ver la p�g. 720 en �The Companion Bible� *) como sigue:

Libro I (1�41), diez y siete veces en nueve Salmos.

Libro II (42�72), treinta veces en diez y siete Salmos.

Libro III (73�89), veinte veces en once Salmos.

Libro IV (90�150), cuatro veces en dos Salmos.

 

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* La nota aqu� mencionada es la siguiente:

Los Salmos, la Estructura del Libro Como un Todo * (Compuesto por Cinco Libros):

A1 | Salmos 1 � 41. El Libro del G�nesis. Referente al Hombre. Los consejos de Dios | Referentes a �l. Toda bendici�n condicionada a la obediencia (compare Sal. 1:1 con Gn. 1:28). La obediencia es �el �rbol de la vida del hombre� (compare Sal. 1:3 con Gn. 2:16). La desobediencia acarre� ruina (compare Sal. 2 con Gn. 3). La ruina reparada solamente por el hijo del hombre en su trabajo de expiaci�n como la simiente de la mujer (compare el Sal. 8 con Gn. 3:15). El libro termina con una Bendici�n y un doble Am�n.

B1 | Salmos 42 � 72. El Libro del �xodo. Referente a Israel como Naci�n. Los consejos de Dios | Referentes a la Ruina de Israel, al Redentor de Israel, y la Redenci�n de Israel (�x. 15:13). Compare Sal. 68:4 con �x. 15:3, �JAH�. Inicia con el grito de Israel para su liberaci�n, y termina con el rey de Israel reinando sobre la Naci�n Redimida. El libro termina con una Bendici�n y un doble Am�n.

C1 | Salmos 73 � 89. El Libro del Lev�tico. Concerniente al Santuario. Los consejos de Dios | Referentes al Santuario en su relaci�n con el hombre, y al Santuario en relaci�n con Jehovah. El Santuario, la Congregaci�n, la Asamblea, o Sion, etc., se mencionan en casi cada uno de sus Salmos. El libro termina con una Bendici�n y un doble Am�n.

B2 | Salmos 90 � 106. El Libro de N�meros. Concerniente a Israel y a las Naciones. Los consejos de Dios | Referentes a la Tierra, mostrando que no existe esperanza o reposo para la tierra aparte de Jehovah. Sus figuras y sus s�miles son de este mundo presentado como un desierto (compare las referencias a monta�as, colinas, inundaciones, pasto, �rboles, pestilencia, etc.). Comienza con la oraci�n de Mois�s (el Hombre del Desierto), que es el Salmo 90, y concluye con un recordatorio de las rebeliones de Israel en el desierto (Sal. 106). Note �El Canto Nuevo� para �toda la tierra� en el Sal. 96:11,en donde el tema est� contenido en una frase que ofrece un Acr�stico deletreando la palabra: �Jehovah�: �Dejad que los cielos se regocijen, y que la tierra se alegre� (ver nota en el Sal. 96:11). El libro termina con una Bendici�n, un Am�n y un �Aleluya� (Hallelujah).

A2 | Salmos 107 � 150. El Libro del Deuteronomio. Referente a Dios y a Su Palabra. Los consejos de Dios | Referentes a Su Palabra; mostrando que, ligado a vivir en Las Palabras de Dios (Dt. 8:3), se encuentra el cumplimiento de todas las bendiciones para el hombre (Libro 1), todas las bendiciones para Israel (Libro 2), todas las bendiciones para la tierra y para las naciones (Libro 4). En cambio, la desobediencia a Las Palabras de Dios fue la fuente de las penurias del hombre, de la dispersi�n de Israel, de la ruina del Santuario, y de las miserias de la tierra. La bendici�n vendr�a de aquella Palabra escrita en el coraz�n (compare con Jerem�as 31:33-34, Heb. 8:10-12, 10:16-17). Sal. 119 se encuentra en este libro. La Palabra Viviente (Jn. 1:1) comenz� su ministerio citando a Dt. 6:13, 16; 8:3 y 10:20 en Mt. 4:4, 7, 10. El libro comienza con Sal. 107, y en el v. 20 leemos: �Envi� Su Palabra y los san� a todos�, y concluye con cinco Salmos (uno por cada uno de los cinco libros), cada Salmo comenzando y terminando con: �Aleluyas� (Hallelujah).

* Los manuscritos y las autoridades masor�ticas, as� como a�n el Talmud (Kiddushin 33a) as� como las versiones antiguas, dividen los Salmos en cinco libros. El Midrash, nota en el Sal. 1:1 que: �Mois�s les dio a los Israelitas los cinco libros de la Ley; y conforme a �stos David les dio los cinco libros de los Salmos�.

La estructura de cada Salmo, siendo perfecta en s� misma, nos permite pensar que hemos de esperar encontrar la misma perfecci�n en el arreglo de los cinco libros respectivamente as� como en los ciento cincuenta Salmos como un todo.

Se han hecho muchos intentos desde tiempos antiguos para descubrir la raz�n de la clasificaci�n de los Salmos bajo estos cinco libros, pero ninguna de ellas es tan satisfactoria como para evitar este intento adicional que aqu� hacemos.

Es cierto que el orden actual en el que tenemos los Salmos es el mismo que lo era cuandoestaban en las manos de nuestro se�or y fueron citados repetidamente por �l, y por el santo esp�ritu mediante los Evangelistas y Ap�stoles. Ciertamente, en Hch. 13:33, el santo esp�ritu mediante Pablo expresamente menciona �el Salmo segundo�. Esto nos coloca en un terreno seguro.

Debe de haber, por lo tanto, una raz�n de porqu� �el segundo Salmo� no es ahora (por ejemplo) el n�mero setenta y dos; y porqu� el diez y nueve (que es el m�s antiguo de todos los Salmos, el cual comenz� siendo una oraci�n de Mois�s) no es el primero.

Los finales similares para cada libro se notan en la Estructura de arriba. Tienen en total siete veces el �Am�n�, y veinticuatro �Aleluyas�. Todas las posteriores (excepto las cuatro del Libro 4) se encuentran en el Libro 5.

[En el caso de la relaci�n de los cinco libros de los Salmos con el Pentateuco, ver la Estructura de arriba, y las Estructuras al inicio de cada uno de los cinco libros de los Salmos].

Salmos 1 = 41. (A1). El Primer Libro: G�nesis. Referente al Hombre. (Divisi�n).

A1 | A1 | Salmos 1 � 8. �El Hombre� y �El Hijo del Hombre�. (Sal. 8:4).

������� A2 | Salmos 9 � 15. �El Hombre de la Tierra� (el Anticristo, Sal. 10:18).

������� A3 | Salmos 16 � 41. �El Hombre Cristo Jes�s�.

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