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LAS EPÍSTOLAS PAULINAS

A. EL ORDEN CRONOLÓGICO. (SIENDO SUPLEMENTARIO DEL APÉNDICE 180).

B. EL ORDEN CANÓNICO DE LAS EPÍSTOLAS A LA "IGLESIA".

A. EL ORDEN CRONOLÓGICO.

1 Tesalonicenses

2 Tesalonicenses

Hebreos

1 Corintios

2 Corintios

Gálatas

Romanos

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Filipenses ¹

Filemón

Colosenses ²

Efesios ³

Primer Grupo

Las siete primeras cartas.

Ver Apéndice 180 y Notas de introducción para cada Epístola.

Segundo Grupo

Las cartas de prisión.

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1, 2, 3. Orden según el Obispo Lightfoot.

[La pausa entre el segundo y tercer grupos. Los movimientos de Pablo durante aproximadamente cuatro años después de su liberación de la prisión (63 D.C.) se encuentran envueltos en obscuridad. No existe ningún registro Divino. Varias pistas pueden, sin embargo, ser recogidas de Fil. 2: 24. Filemón 22. 1 Tim. 4: 13. 2 Tim. 1: 15, 18; 4: 10, 13, 20. Tito 1: 5; 3: 12, respecto a un viaje o viajes en Asia y Europa, incluyendo con toda probabilidad visitas a Colosas y Éfeso, y posiblemente Dalmacia (Ilírico) y España.

Si el deseo de visitar España (Rom. 15: 24, 28) fue alguna vez consumado es meramente conjetural, sin embargo una declaración de Clemente de Roma (¿acaso es éste el Clemente de Fil. 4: 3?), 91-100 D.C., en una "Epístola a los Corintios", dice que Pablo "fue a los confines del oeste".

Algunos toman esto como si se refiriera a España (y Galia), pero no hay prueba; y que una inscripción encontrada en España diciendo que una "nueva superstición" fue "eliminada" como si se refiriera a Pablo y a sus labores allí, de ninguna manera es convincente. Por otro lado, la significativa ausencia de cualquier mención o pista de tal visita en las tres epístolas finales – 1 Timoteo, Tito y 2 Timoteo – no puede ni ser pasada por alto ni explicada.

La noción de que las palabras de Clemente "los confines del oeste" se refieren a una visita a las Islas Británicas puede ser descartada en las palabras del Obispo Lightfoot como "no poseyendo ni evidencia ni probabilidad"].

Tercer Grupo

Cartas Pastorales.

1 Timoteo

Tito

2 Timoteo

Ver Apéndice 180 y Notas de introducción para cada Epístola.

1. De lo anterior se podrá ver que el número siete (Apéndice 10) es evidente en la forma de agrupar a Las Epístolas Paulinas como un todo. Es igualmente notable en el orden canónico de las Epístolas a la Iglesia (ver B más abajo). Se dividen en tres grupos, numerando en total a catorce (dos sietes) cartas separadas. El primer grupo consta de las siete epístolas tempranas. ⁴ El segundo y tercero integran otro siete (4 + 3. Ver B. 1).

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4. Incluyendo a Hebreos. La restauración de esta Epístola en su posición cronológica adecuada ofrece un fuerte argumento a favor de su autoría Paulina (ver notas introductorias), ya que sin ella el número de cartas escritas por Pablo sería trece, y este número en particular (ver Apéndice 10) es inconcebible en tal conexión.

2. Puede notarse (entre otras cosas) que el séptimo en este orden (a los Romanos) y el decimocuarto (2 Timoteo) ofrecen las dos únicas y terribles listas de la condición y estado del "mundo habitable" precediendo, y en el tiempo de, la primera Venida Del Señor, y precediendo Su Retorno (ver notas; Rom. 1 y 2 Tim. 3). Mediante un cuidadoso estudio del cuadro de arriba del Orden Cronológico, junto con el Apéndice 180, el estudiante será capaz de elucidar por sí mismo interesantes e importantes problemas conectados con el periodo del que se trata.

B. EL ORDEN CANÓNICO DE LAS EPÍSTOLAS A LA "IGLESIA".

A ROMANOS (Doctrina e Instrucción).

B 1 y 2 CORINTIOS (Reprensión).

C GÁLATAS (Corrección).

A EFESIOS (Doctrina e Instrucción).

B FILIPENSES (Reprensión).

C COLOSENSES (Corrección).

A 1 y 2 TESALONICENSES (Doctrina e Instrucción).

(Nota. Para los detalles de esta interrelación ver la p. 1660 de The Companion Bible).

1. Siete iglesias son consideradas como tales por el Espíritu Santo. Siete es el número de la perfección espiritual, el mismo número conforme el Señor mismo se dirige después a las asambleas (Ap. 2 y 3) desde la gloria.

En estas Epístolas tenemos la encarnación perfecta de la enseñanza del Espíritu para las iglesias. Ellas contienen "toda la verdad" (Jn. 16: 13) a la que el Espíritu de la verdad guiaría a la gente del Señor. Ellas contienen las cosas que el Señor no pudo hablar sobre la tierra, porque el tiempo para ellas aún no había llegado. Ellas contienen las "cosas mías que Él tomará y os mostrara a vosotros". El número de estas epístolas, siete, es perfecto. Su orden es también perfecto.

2. Que este orden no sea cronológico sino temático y didáctico es hecho claro más allá de toda duda por el hecho que el Espíritu Santo ha colocado las primeras Epístolas que fueran escritas antes que todas las demás (1 y 2 Tesalonicenses) en séptimo y último lugar en la lista. La pregunta de que si el orden en el que el Espíritu Santo ha presentado estas Epístolas es el orden en el que los encontramos en nuestras Biblias ha de ser, por lo tanto, respondido con la enseñanza del Espíritu mismo conforme se presenta a nosotros en Su propio arreglo Divinamente perfecto de las Epístolas, en vez de conforme a la idea del hombre, que se esfuerza por desarrollar un sistema doctrinal conforme a la secuencia cronológica usualmente aceptada.

Aunque la secuencia cronológica de las Epístolas tiene su propia maravillosa lección que impartir (Ver A. 2 más arriba), conforme trazamos en orden el despliegue gradual de las enseñanzas del Espíritu en relación con "el progreso de la doctrina", desde Pentecostés hasta los encarcelamientos de Pablo, aún estas otras enseñanzas se presentan plenamente ante nosotros por nuestro Guía Divino en el orden experimental en el que las Epístolas a las siete Iglesias son enviadas.

En todos los centenares de manuscritos griegos del N.T. el orden de estas Epístolas nunca varía. El orden general de los libros del N.T. toma la forma de grupos, viz. (1) Los Cuatro Evangelios; (2) Hechos; (3) las llamadas Epístolas "generales" ⁴; (4) las Epístolas Paulinas, y (5) El Apocalipsis (Apéndice 95).

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4. Ver las Notas Introductorias para cada Epístola.

Pero mientras el orden de estos cinco grupos varía en algunos de los manuscritos, y las Epístolas Paulinas varían en su posición con respecto a los otros cuatro grupos, y mientras las Epístolas Paulinas mismas varían en su orden (v.gr., Hebreos en algunos casos sigue a Tesalonicenses, ver p. 1823, 5 (e) de The Companion Bible), el orden de estas siete Epístolas a la Iglesia es invariablemente el mismo.

3. Es la ignorancia de este estándar Divinamente dado lo que resulta en los deplorables intentos de "cuadrar" las enseñanzas de nuestro Señor en los Evangelios, que tratan del reino del cielo (Apéndice 114) y el gobierno judío, con la enseñanza de Pablo el apóstol y siervo de Jesucristo en las Epístolas a la Iglesia. De tal forma, cuando se descubre que no pueden ser "alineados", tenemos las indecorosas expresiones y el procedimiento de aquellos que desechan la "doctrina Paulina", como ellos la llaman, a favor de "la enseñanza de Jesús", con referencias despectivas a "Las tendencias Helenistas de la mente de Pablo", etc.; y declaraciones tales como “las palabras del Maestro deben de ser preferidas a las del discípulo”; "debemos regresar a Jesús", y otras semejantes. Todas esas y declaraciones parecidas dejan abundantemente claro el hecho de que la enseñanza Divina del Espíritu Santo, en cumplimiento de la promesa del Señor en Jn. 16: 13, no es solamente pasado por alto o no comprendido por algunos, sino que es deliberadamente ignorado y rechazado por otros que usan semejantes declaraciones.

Cualquier cristiano que no escucha atentamente lo que ha sido escrito especialmente para su instrucción es propenso entonces a ser extraviado por otros. Cada palabra de la Escritura es para él y para su aprendizaje, pero no toda palabra es acerca de él. Pero estas Epístolas son todas acerca de él y acerca de la especial posición en la que se encuentra él mismo con referencia al judío y al gentil; a la vieja creación y a la nueva; a la "carne" y al "espíritu"; y todos los diversos fenómenos que va encontrando en su experiencia.

4. En relación con el orden en el que estas Epístolas a la "Iglesia" llegaron a nosotros, notamos primeramente que ellas están agrupadas en dos divisiones de tres y cuatro (ver arriba, B). Tres se destacan claramente de todas las otras como siendo tratados en vez de Epístolas, y como conteniendo mucho más material doctrinal ⁵ cuando se compara con aquello que es epistolar.

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5. Lightfoot (Ensayos Bíblicos (Biblical Essays, p. 388) dice de Romanos y Efesios: "Ambos comparten del carácter que es más el de un tratado formal que el de una carta familiar".

Esto se verá de la detallada Estructura (p. 1600, The Companion Bible) que presenta los contenidos de cada una. Éstas tres son Romanos, Efesios, y Tesalonicenses. Y cuatro son colocadas entre estas tres en dos pares, cada par conteniendo respectivamente reprensión y corrección, en contraste con las otras tres, que contienen doctrina e instrucción (de acuerdo con 2 Tim. 3: 16).

ROMANOS se presenta primero como conteniendo lo más básico de la educación Cristiana (ver notas introductorias, p. 1661, The Companion Bible). Comienza mostrando al Hombre (gentil y judío) como completamente arruinado e indefenso, pecadores perdidos e impíos; cómo el pecador salvo ha muerto junto con Cristo, y junto con él ha sido levantado a la "vida nueva"; hecho un hijo y heredero de Dios en él (en Cristo).

EFESIOS comienza a partir de este punto, comenzando no con el Hombre, sino con Dios. Nos revela el conocimiento de Dios y de Sus propósitos en Cristo. El encabezar de todas cosas EN Cristo en "una dispensación de la plenitud de los tiempos" (Ef. 1: 10), y la formación de un mismo cuerpo a partir de judíos y gentiles como una "iglesia" (Apéndice 186), mediante la cual la multiforme ("abigarrada") sabiduría de de Dios pueda ser dada a conocer "a los principados y potestades en los celestiales" (Ef. 3: 10).

TESALONCENSES, escritas antes que todas las otras Epístolas, son colocadas en esta conexión al final de todas por el Espíritu Santo. Aquí es dada la revelación especial referente al regreso del Señor Jesucristo. Se destacan al final y a solas, sin ser seguidas por ninguna otra Epístola a la Iglesia. Si tenemos "oídos para oír", este hecho proclama que, -

5. Es inútil enseñar a los cristianos las verdades relacionadas con la Venida del Señor hasta que hayan aprendido las verdades en las otras Epístolas. Hasta que sepan y entiendan de Romanos lo que ellos son por naturaleza, y lo que Dios los hizo ser estando ellos EN Cristo Jesús, - hijos y herederos, coherederos con Cristo (Rom. 8: 17); hasta que sepan y entiendan que aún ahora Dios los ha "bendecido con toda bendición espiritual en el cielo – morando EN Cristo" (Ef. 1: 3), ellos no tienen lugar para, y ningún entendimiento de, las verdades referentes a su regreso del cielo.⁶

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6. Las Notas Introductorias y la Estructura en cada caso indican el alcance de la Epístola y su enseñanza.

En resumen: - El pecador salvo es presentado:

En ROMANOS, muerto y levantado con Cristo;

En EFESIOS, como sentado en los celestiales EN Cristo;

En TESALONICENSES, en gloria para siempre con Cristo.

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