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Los hermanos del Señor

 

Hch. 1:14b: "(los Apóstoles) perseveraban (proskarterountes) unánimes (homothymadon) en oración (proseuchē), con las mujeres (gynaixin), y con María (Mariam) la madre (mētri) de (tou) Jesús (Iēsou), y con los hermanos (adelphois) de él (autou)."

 

Conforme a Mt. 13:55-56, el Señor tenía cuatro hermanos (es decir, medios-hermanos, como nosotros decimos): Santiago (Jacobo), José, Simón y Judas; él también tenía al menos tres hermanas: "y sus hermanas (adelphai), no están todas (pasai) con nosotros (hēmas)?". Si hubieran sido solamente dos, la palabra en vez de “todas” hubiera sido “ambas”.

 

El Señor es llamado el “primogénito” de María (Lc. 2:7: “prōtotokon”), y la inferencia natural es que María tuvo otros hijos. La palabra “prototokos” se usa solamente en estos dos pasajes y en Rom. 8:29 (el primogénito entre muchos hermanos), Col. 1:15 (el primogénito de toda creación), 18 (el primogénito de (los resucitados) de entre los muertos); Heb. 1:6 (cuando introduce al primogénito en el mundo (los ángeles lo reverencian)); 11:28 (el destructor de primogénitos); 12:23 (la congregación de los primogénitos inscritos en el cielo) (plural); Ap. 1:5 (J.C., el primogénito de los muertos), de manera que el significado es fácilmente averiguado. Si hubiera él sido su único hijo, la palabra habría sido “monogenes”, que aparece en Lc. 7:12 ((un) hijo único (muerto) de su madre, viuda); 8:42 (una hija (de Jairo) única, muriendo); 9:38 (mi hijo (endemoniado), el único que tengo (yo que he de creer)), referente al parentesco humano; y del Señor, como el unigénito del Padre, en Jn. 1:14, 18; 3:16, 18; 1 Jn. 4:9. En Heb. 11:17 se usa de Isaac, el único hijo de Abraham conforme a la promesa.

 

El Salmo 69, contiene muchas alusiones predictivas a la vida terrenal del Señor (ver nota acerca de su título), el v. 8 lee: "Yo me he convertido en un extraño para con mis hermanos, y como un extraño para los hijos de mi madre". La historia del Evangelio (mostrando el cumplimiento de esta profecía) registra a sus hermanos en asociación con su madre. Después del milagro en Caná, el cual ellos probablemente observaron, se nos dice que: "él descendió a Capernaúm, él, y su madre, y sus hermanos, y sus discípulos" (Jn. 2:12). Posteriormente ellos exhiben un espíritu de oposición o de celos, porque mientras él le está hablando a la gente, sus hermanos, acompañados de su madre, le buscaban, aparentemente para detener su trabajo (Mt. 12:46, 47 (su respuesta es fuerte, en el 48-49: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?... todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”); Mr. 3:31, 32; Lc. 8:19, 20). En Mr. 3:21 leemos: "Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderlo, porque decían: «Está fuera de sí.»". La expresión "los suyos" (y algunas versiones dicen con deliberado error: “sus amigos”, como algunas inglesas) es: “hoi par' autou”: "aquellos al lado (a la par) de él", y denota una relación tan cercana como para identificarlos con "sus hermanos y su madre" del v. 31. De nuevo en Jn. 7:3-10, sus hermanos mostraron carencia de simpatía por la obra de Jesús, y la razón es dada en el v. 5: "Absolutamente_ni (oude) aun sus (autou) hermanos (adelphoi) creían (episteuon) en (eis) él (auton)". Y no se les ve a ellos de Nuevo sino hastadespués de la resurrección de Jesucristo (nota: una vez que Jesús se les presentó resucitado entonces sí creyeron, y tenemos Epístolas de dos de ellos: Santiago y Judas, y son una sombra de cómo la mayoría de Israel así también creerá en él cuando finalmente Jesús se les presente en persona en el futuro), aquí la madre y los hermanos (y hermanas implícitas) están reunidos en el aposento alto con los Apóstoles, y con la madre de él que es la misma que la de ellos (Hch. 1:14). Su incredulidad (por más absoluta que haya sido: “oude”), ¡se había desvanecido! Santiago (Jacobo, James) había llegado a ser siervo de (su medio hermano en quien antes no creía), al que llama: el Señor Jesucristo (al menos por algún tiempo, James 1:1: “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus…”), mediante la aparición a él del Salvador una vez levantado (por su Padre Dios: 1 Cor. 15:7: “Después apareció a Jacobo (su medio hermano Santiago, James, quien luego fuera líder máximo en Jerusalén) y después a todos los apóstoles (y éstos son muchos otros aparte de los 12 que ya antes se mencionan allí mismo)”), y, en muy poco tiempo, se le ve siendo "pilar" de la Iglesia en Jerusalén (Hch. 12:17 (“Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos”); 15:13-21 (“Cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo”); 21:18 (“Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos”); Gál. 1:19 (“no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano (adelphon) del Señor”); 2:9 (“reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan…”), 12 (“antes que llegaran algunos de parte de Jacobo, (Pedro) comía con los gentiles; pero después que llegaron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión”)). Los otros hermanos de Jesús parecen haberse añadido también (¡todos ellos!) en el testimonio itinerante; ver 1 Cor. 9:5: “¿No tenemos derecho a llevar con nosotros una hermana por esposa, como hacen también los otros apóstoles, los hermanos del Señor y Cefas?”.

 

El significado natural de la expresión "sus hermanos", en el registro de la Escritura, nunca debiera de haber sido desafiado, sino por el deseo, cuando la corrupción se introdujo a las Iglesias (Hch. 20:29-30 (“después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces… y de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas para arrastrar tras sí discípulos”)), de elevar a María de la posición de "esclava del Señor" (Lc. 1:38) al (falso y) exaltado de “Theotokos”: “madre de Dios”, desde donde fue un paso fácil el de investirla con honores divinos, cono si ella misma fuera una “diosa”. Y así, el camino fue despejado para identificarla con la gran diosa del  Paganismo, que es la madre de un hijo divino (de un “Dios”, aunque sabemos que Jesucristo es: “el hijo de Dios” por excelencia: ¡pero él no es ni será jamás Dios mismo!), y a ella se le atribuyó (erróneamente también) que aún sigue siendo virgen, (semejante a) una deidad mejor conocida por la apelación que llevó en Egipto: “Isis”, la madre de “Horus”. Así, se asentó (con suma falsedad) que María no había tenido ningún otro hijo aparte del Señor, y que los hermanos y hermanas de éste eran, ya fuera los hijos de José por una previa esposa, o los primos del Señor, los hijos de María la esposa de Cleofas. Aquellos que (aún) mantienen la primera opinión afirman que José era un hombre viejo cuando se casó con María. De esto no existe el más mínimo indicio en los registros del Evangelio (y luego E. W. Büllinger afirma categórico): ¡Si José hubiera tenido hijos mayores, el derecho del Señor Jesús al Trono de David hubiera sido invalidado!, ya que las dos genealogías en Mt. 1 y Lc. 3 muestran que los derechos reales fueron unidos en José y María (Apéndice 99 de “The Companion Bible”).

 

Con referencia a la teoría de Jerónimo (tal vez forzada sobre él, traductor de “La Vulgata”, por imposición “papal”), de que los hermanos de Jesús eran: "primos", ha de notarse que la palabra "hermano" es usada en la Escritura (de las siguientes maneras):

 

(1) En el sentido de una relación sanguínea, como hijos de un mismo padre (en este caso Jesús siendo hijo de María) o de ambos padres (que sería el caso del resto de los hijos de María con José, medios hermanos de Jesús);

 

(2) En el más amplio sentido de descendencia de un ancestro común, por ejemplo: Hch. 7:23, 25 (“sus hermanos (de Moisés), los hijos de Israel… él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya, pero ellos no lo habían entendido así”), en donde Abraham es el antepasado;

 

(3) En un aún más amplio significado del prójimo (Mt. 7:3-5 (“¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano...?”); 18:15 (“si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo estando tú y él solos; si te oye, has ganado a tu hermano”);

 

(4) Para expresar una relación espiritual (Mt. 23:8 (“uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos”); 28:10 (“id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán”); Hch. 9:17 (“Ananías... dijo: —Hermano Saulo...”); Rom. 8:29 (“que él (Jesús) sea el primogénito entre muchos hermanos”); Heb. 2:11 (“el que santifica (Jesús) y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza (Jesús) de llamarlos hermanos”).

 

En los pasajes donde se mencionan sus hermanos, es decir en (algunos 11 versículos más notables): Mt. 12:46, 47; 13:55; Mr. 3:31; Lc. 8:19; Jn. 7:3, 5, 10; Hch. 1:14; 1 Cor. 9:5; Gál. 1:19, solamente el primer significado puede ser aplicado. Si ellos hubieran sido los primos de Jesús, el término hubiera sido: “sungenes”, que es usado en Mr. 6:4 (No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, entre sus parientes y en su casa); 2:44 (lo buscaban (a Jesús) entre los parientes y los conocidos); 14:12 (no llames a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a vecinos ricos); 21:16 (Seréis entregados aun por vuestros padres, hermanos, parientes y amigos); Jn. 18:26 (pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja); Hch. 10:24 (habiendo convocado (Cornelio) a sus parientes y amigos más íntimos); 16:7 (Andrónico y a Junias, mis parientes y compañeros), 11 (Herodión, mi pariente), 21 (Timoteo mi colaborador, y mis parientes (del escribano Tercio) Lucio, Jasón y Sosípater), y se traduce (en inglés) como pariente ("kin", "kinsman", "kinsfolk", excepto en Lc. 1:36 (pero en español también dice, como en los casos anteriores: “tu parienta Elisabet”), 58 (“Al oír los vecinos y los parientes que Dios había engrandecido para con ella su misericordia, se regocijaron con ella”), donde se traduce en inglés: "cousin"). Las Escrituras distinguen "pariente" de "hermano"; ver Lc. 14:12; 21:16. Solamente en Rom. 9:3 (por amor a mis hermanos (adelphōn), los que son mis parientes (sungenōn) según la carne) se encuentran las dos palabras en aposición, y allí "hermano" es usada en el sentido de conciudadano Israelita (Núm. 2, arriba). "Hermano", por lo tanto, cuando se usa en el N.T. en cualquier otro sentido que el del Núm. 2 o el Núm. 3, debe de ser restringido en significado al Número 1 (que es el ser hermanos por ser al menos hijos comunes de uno de los padres).

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