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Apéndices de “La Biblia Compañera” de Büllinger
LOS QUERUBÍN.
No hay esperanza
en llegar al significado de los Querubín
de la etimología. Solamente mediante el uso
del todo de la Escritura podemos formarnos una idea aproximadamente correcta.
La descripción
de ellos es dada en dos ocasiones (Ez. 1: 5-14; 10: 20; y Ap. 4: 6-9).
Mediante un
proceso de eliminación llegamos al hecho de que son un orden celestial de seres
espirituales, y no nos podemos formar una noción adicional de ellos que de
otras órdenes celestiales que se nombran, pero no se explican, y por la falta
de mejores palabras se les llamados "Tronos", "Dominios",
"Principados", "Poderes", etc..
Han de ser distinguidos de las figuras
simbólicas usadas de ellos, que fueron hechas para representarlos.
Negativamente, podemos notar:
1. Que ellos no pueden ser la
Divinidad, o Divinos en su naturaleza, ya que (1) la semejanza de cualquier
clase estaba estrictamente prohibida (Dt. 4: 15, 16, etc.); y (2) la Divinidad se distingue de ellos al ser
mencionada al mismo tiempo.
2. Aunque celestiales, o celestes
y espiritual en su naturaleza y carácter, se distinguen de los ángeles (quienes, como su nombre lo implica,
eran espíritus usados como mensajeros).
Compare Ap. 5: 8, 11 y 7: 11, en donde, primero los Querubín ofrecen adoración, y luego los ángeles. Ellos por tanto
deben de ser reales seres espirituales, porque ellos difícilmente podrían ser
representados tanto de manera emblemática como real en el mismo versículo.
Además, ellos nunca son enviados a hacer mandados como lo son los ángeles, y
nunca se les ve aparte del Trono.
3. No pueden ser simplemente símbolos, porque, aunque
representaciones simbólicas y emblemáticas de ellos se ordenó que fueran hechas,
ellos mismos no son simbólicos, porque entonces tendríamos símbolos simbólicos
de símbolos, y no la realidad misma.
4. No pueden ser un símbolo de la
"Iglesia" o de ninguna porción de la humanidad redimida, porque éstas
se distinguen de ellos en el Ap. 5: 9, 10, conforme con las mejores lecturas de los más antiguos
MSS (manuscritos), y textos críticos griegos, en dónde el "nosotros"
del v. 9 ha de ser omitido, y el "nosotros " y "( reinar)emos" del v. 10 debe de ser "ellos" y " (reinar)án".
Compare también Ap. 7: 9-11.
5. Por la misma razón ellos no
pueden ser símbolos de "los cuatro evangelios" o libros de ninguna
clase, porque los querubín son ministros asociados con
ira; y piden las pestes del juicio. Ver Ap. 6 y 15: 7. Además, no existe conexión entre éstos y la presencia
de los querubín en Edén, en el Tabernáculo, en el Templo, y el Trono de Dios
[Nota del Traductor: A no ser que todas estas cosas sean representaciones unas
de las otras, y todas éstas del verdadero Trono donde se sienta Dios, que
pareciera ser el caso según las investigaciones del Dr. Ernest
L. Martin].
Positivamente,
podríamos notar:
1. Que las tres letras raíz para kerūb, k = k, r = r, y b = b, son las letras raíz
de la palabra KaRaB, que reaparecen en el
idioma inglés como GRiP (agarre), GRaB
(agarrar), GRiPe (apretar), GRasP
(sujetar). En un sentido pasivo la noción sería aquella de sujetar algo para guardarlo seguro: y, de hecho, la representación
simbólica de ellos fue afianzada sobre el propiciatorio, siendo hechos de la
misma pieza de oro (Éx. 25: 18 -23).
2. En Gén.
3: 24 fueron
colocados para CUIDAR (o guardar) el camino del árbol de la vida, y preservar la esperanza del re-génesis de
una creación en ruinas (compare Gén. 2: 15, en donde tenemos la palabra "cuidar" en este
sentido).
3. Su
presencia sobre el propiciatorio conecta esta esperanza con la expiación, y con
Israel.
4. En el
velo la esperanza esta ligada con la venida del Cristo en la encarnación y
redención.
5. Son
cuatro en número, y cuatro es el número de Creación (ver Apéndice 10).
6. Se representan con las cabezas
simbólicas de las cuatro grandes divisiones de la creación viviente: el león
(bestias salvajes), el buey (bestia doméstica), el águila (aves), hombre
(humanidad).
7. Están debajo del Trono, porque la tierra es el
estrado de los pies de Jehovah.
8. Su
cantico, cuando hablan, es de creación
(Ap. 4: 11), y se
relaciona con la tierra.
La
redención es una "nueva canción" para ellos, relacionada con otros.
9. Por lo tanto, llegamos a la
conclusión de que, los querubín son seres espirituales reales o celestiales,
asociados de alguna forma con la personificación de la esperanza de la creación como se expresa en Rom.
8: 19-23. Las
representaciones emblemáticas hechas de ellos conectan esa esperanza con
"la esperanza de Israel" y la asocian al propiciatorio salpicado con
la sangre, y el velo partido (Heb. 10: 10, 20).
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