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Apéndices de “La Biblia Compañera” de Büllinger
LA POSTERIDAD DE CAÍN
Es importante
notar que la posteridad de Caín viene en el primer Tōledōth, viz.,
aquel de "las generaciones de los cielos y la tierra"; y no en "el
libro de las generaciones de Adán".
La posteridad
de Set comienza con "las generaciones de Adán": mostrando que los dos
grupos son distintos, y tienen que ver con dos diferentes temas. Ver las
estructuras en páginas 3 y 5 de la Biblia Compañera, o “Companion
Bible” en inglés (Gén. 2: 4 – 4: 26; 5: 1 – 6: 8).
Las generaciones de los cielos y la tierra
(Gén. 2: 4 – 4: 26).
J1 | 2:
4 - 25. Antes de la Caída.
J2 | 3:
1 - 34. La Caída.
J3 | 4:
1 - 26. Después de la Caída.
La expansión
de J3. "Después de la Caída" (Gén.
4: 1 - 26), página 8 de la “Companion Bible”.
J3
| L | 1 - 16. Los hijos de Adán:
Caín y Abel.
| M | 17 - 24. El hijo de Caín: Enoc.
| L
| 25. El hijo de Adán:
Set.
| M | 26. El hijo de Set: Enós.
Hubo 130 años
antes de que Set naciera y sustituyera por Abel en la línea de la simiente prometida.
En ésos 130
años después de Caín, Adán debió de haber engendrado "hijos e hijas",
así como en los 800 años después de Set.
Si Abel murió
en el 125 A.M. (Anno Mundi,
Año del Mundo después de la Creación de Adán), y Abel y Caín tuvieron hijos
antes de ese año, aun suponiendo que no tenían ningún descendiente hasta que alcanzaron
la edad de sesenta y cinco, Adán podía haber tenido 130 hijos. Y si cada uno de
ellos pudiera haber tenido un niño a los sesena y cinco años de edad, uno por cada
año sucesivo, hubiera habido 1,219 en 130 A.M. Si suponemos que los primeros hijos
y las hijas de Adán hubieran tenido hijos a la edad de veintiún años en vez de
a los sesenta y cinco, habría habido más de medio millón en los 130 años, sin
calcular los ancianos o los jóvenes, y éste considerando como un índice muy moderado
de aumento.
En general se
asume que Adán y Eva no tenían ningún hijo aparte
de aquellos que se nombran. Pero, como en la línea de Set, es claro de Gén. 5: 4 que tenían más, y pudiéramos concluir que el mismo era el caso en la
línea de Caín. Es una suposición gratuita la de que Abel no tuvo posteridad.
Queda de manifiesto
que la historia asume una población considerable; y el hecho de que no hay
ningún intento de explicarlo, demuestra su genuinidad, y muestra que somos
dejados a explicarlo por nosotros mismos en la única manera natural en la que
puede ser explicado.
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