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LA SERPIENTE DE GÉNESIS 3.

 

    En Gén. 3 no tenemos ni alegoría, mito, leyenda, o fabula, sino la exposición de hechos históricos literales, enfatizados mediante el uso de ciertas Figuras de dicción (ver Apéndice 6).

 

    Toda la confusión de ideas y exégesis conflictivas han surgido por tomar literalmente lo que se expresa por Figuras, o de tomar figurativamente lo que es literal. Una Figura de dicción nunca se usa excepto por el propósito de llamar la atención a, de enfatizar, e intensificar, la realdad del sentido literal, y la verdad de los hechos históricos; de forma tal que, mientras que las palabras empleadas no pueden ser tan estrictamente verdaderas a la letra, son aún más leales a la verdad que expresan, y a los eventos históricos relacionados con ellas.

 

    A no ser por el lenguaje figurativo de los versículos 14 y 15 nadie hubiera pensado en referir el tercer capítulo del Génesis a una serpiente; como tampoco lo hace cuando se lee el tercer capítulo del final del Apocalipsis (capítulo 20: 2). Ciertamente, la explicación añadida allí, que la "vieja serpiente" es el Diablo y Satanás, inmediatamente conduciría a uno a conectar la palabra "antigua" con la temprana y previa mención de la serpiente en Gén. 3: y el hecho de que fue Satanás mismo quien tentó al "segundo hombre", "el último Adán", forzará la conclusión de que no otro que el Satanás personal podría haber sido el tentador del "primer hombre, Adán".

 

    La palabra hebrea traducida como "serpiente" en Gén. 3: 1 es Nāchāsh (de la raíz Nāchāsh, brillar o resplandecer), y significa el resplandeciente. Por ende, en caldeo significa bronce o cobre, debido a su brillo. Por lo tanto también, la palabra Nehushtān, una pieza de bronce, en 2 Re. 18: 4.

 

   De la misma manera Sārāph, en Is. 6: 2,6, significa uno que arde, y, debido a que las serpientes mencionadas en Núm. 21 eran quemantes, en el veneno de su mordisco, fueron llamadas Saraphim, o Seraphs.

 

    Pero cuando el Señor le dijo a Moisés, "Hazte tu una serpiente ardiente" (Núm. 21: 8), Él dijo, "Hazte un Sārāph", y, obedeciendo este mandato, leemos en el v. 9, "Moisés hizo un Nāchāsh de bronce". Nāchāsh es usado así como siendo intercambiable con Sārāph.

 

    Ahora, si Sārāph se usa de una serpiente debido a que su mordedura era ardiente, y también se usa de un ser celestial o espiritual (uno que arde), ¿por qué usar Nāchāsh de una serpiente debido a que su apariencia era resplandeciente, y también ser usado de un ser celestial o espiritual (uno resplandeciente)?

 

    Ciertamente, una referencia a la estructura de Gén. 3 (en la p. 7 de la original The Companion Bible) mostrará que el Querubín (que son seres celestiales o espirituales similares) del último versículo (Gén. 3: 24) requiere que un ser espiritual similar se corresponda con ellos en el primer versículo (ya que la estructura de todo el capítulo es una gran Introversión). El Nāchāsh, o serpiente, que engañó a Eva (2 Cor. 1: 3) se dice que es "un ángel de la luz" en el v. 14. ¿Acaso nosotros no tenemos, en esto,  una clara indicación de que no era una serpiente, sino un luminoso ser glorioso, aparentemente un ángel, a quien Eva otorgó tan gran atención, reconociéndolo como uno que parecía poseer un conocimiento superior, y quien era evidentemente un ser de un orden superior (no inferior)? Además, en la descripción de Satanás como "el rey de Tiro" 1 se implica claramente que el ser que se menciona después era uno de un orden sobrenatural cuando es llamado "un querubín" (Ez. 28: 14,16, leído desde los vv. 11-19).

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1. Ez. 28: 11-19, que es un ser bastante diferente a "el Príncipe de Tiro", de los versículos 1-10, quien es un ser meramente humano.

 

    Su presencia "En Edén, el jardín de ’Elohim" (v. 13), claramente se indica, así como su ser siendo, "perfecto en belleza" (v. 12), siendo "perfecto en sus caminos desde el día en que fue creado hasta que iniquidad se encontró en él" (v. 15), y como siendo "enaltecido debido a su belleza" (v. 17).

 

    Todos éstos obligan a creer que Satanás era el resplandeciente (Nāchāsh) de Gén. 3, y especialmente debido a que las siguientes palabras pudieran haber sido dirigidas a el:- "Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, has corrompido tu sabiduría a causa de tu resplandor: yo te arrojare por tierra, ante la presencia de reyes, para que te contemplen” (v. 17).

 

    Aún suponiendo que éstas cosas fueron habladas a, y, de un ser humano exaltado en tiempos futuros (Ez. 28), aún así "el rey de Tiro" no se compara con un ser que  no existía; y hechos y circunstancias que nunca sucedieron no son introducidos en la comparación.

 

    Hay algo más acerca de "el rey de Tiro" en Ez. 28: 11-19 que era literalmente cierto de "el príncipe de Tiro" (vv. 1-10). Las palabras pueden ser entendidas solamente del ser sobrenatural más poderoso y más exaltado creado por Dios; y con el propósito de mostrar qué tan grande sería su caída. La historia ha de ser cierta como para darle a la profecía peso alguno. 

 

    De nuevo, la palabra que se traduce "astuta" (sutil en la versión KJV en ingles) en Gén. 3: 1 (ver nota) representa a alguien sabio, tanto en un sentido positivo como en un sentido negativo. En Ez. 28: 12 tenemos el sentido positivo, "Tu eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría"; y el sentido negativo en el v. 17, "has corrompido tu sabiduría" (refiriéndose, desde luego, a su caída). Así, la palabra traducida "astuta" (o sutil) se traduce como “prudente” ("cordura") en Pr. 1: 4; 8: 12; 12: 23 (“cuerdo”); 14: 8 (“prudente”); y en un sentido negativo en Job 15: 5 (“astutos”). 1 Sam. 23: 22 (“astuto”). Sal. 83: 3.

 

    La palabra "animal" (o “bestia” en el inglés de la KJV) también, en Gén. 3: 1, chay, denota a un ser viviente, y es tan equivocado el traducir zōa "bestias" en el Ap. 4, como lo es traducir chay "animal" (o “bestia”) en Gén. 3. Ambas significan criatura viviente (o ser viviente). Se dice de Satanás como siendo "más sabio que cualquier otra criatura viviente que Jehovah Elohim había hecho". Y aún si la palabra “bestia” fuera retenida, no dice que ya sea la serpiente o Satanás era una "bestia", sino solamente que él era "más astuto" que cualquier otro ser viviente.

 

    No podemos concebir a Eva como conversando con una víbora, pero podemos entender a ella estando fascinada,2 aparentemente por "un ángel de luz" (v.gr., un ángel glorioso), poseedor de un conocimiento superior y sobrenatural.

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2. Es notable que el verbo nāchāsh siempre significa encantar, fascinar, hechizar; o de alguien teniendo y usando un conocimiento oculto. Ver Gén. 30: 27; 44: 5,15. Lev. 19: 26. Dt. 18: 10. 1 Re. 20: 33. 2 Re. 17: 17; 21: 6. 2 Cr. 33: 6. Así también es el nombre usado en Núm. 23: 23; 24: 1.

 

   Cuando se habla de Satán como una "serpiente", es la figura Hipocatástasis (ver Apéndice 6) o Implicación (“insinuación”), no significa una víbora como lo hace cuando a Dan se le llama así en Gén. 49: 17; o un animal cuando a Nerón se le llama un "León" (2 Tim. 4: 17), o cuando a Herodes se le llama una "zorra" (Lc. 13: 32); o cuando Judá es llamado "cachorro de un león". Es la misma figura que cuando "doctrina" es llamada "levadura" (Mt. 16: 6). Muestra que algo mucho más real y más cercano a la verdad es lo que se intenta presentar. Si una Figura de dicción es así usada, es por el propósito de expresar la verdad de manera más impresionante; y lleva el propósito de ser una figura de algo mucho más real que la letra de la palabra.

 

    Otras Figuras de dicción se usan en los versículos 14, 15, pero solamente por el mismo propósito de enfatizar la verdad y la realidad de lo que se dice.

 

    Cuando se dice en el v. 15, "y tú le herirás el calcañal"; no puede significar el calcañal literal de cuerpo y sangre, sino sufrimiento, de un carácter más temporal. Cuando se dice (v. 15), "y él aplastará tu cabeza", significa algo más que un cráneo de hueso con cerebro y pelo. Quiere decir que todos los planes y trampas de Satanás, su política y propósitos, un día serán finalmente aplastados y terminados, y nunca más estropearán o dificultarán los propósitos de Dios. Esto se llevará a cabo cuando Satanás sea aplastado bajo nuestros pies (Rom. 16: 20). Esto, de nuevo, no serán nuestros pies literales, sino algo mucho más real.

                                            

    El herir el calcañal de Cristo es la manera más elocuente e impresionante de predecir los más solemnes eventos; y de señalar que el esfuerzo hecho por Satanás para evadir su destino, entonces anunciado, sería la forma de asegurar su cumplimiento; porque fue mediante la muerte de Cristo que aquel que tenía el poder de la muerte será destruido; y todo el poder y políticas de Satanás terminarán, y todas sus obras serán deshechas (Heb. 2: 14. 1 Jn. 3: 8. Ap. 20: 1-3,10). ¿Qué palabras literales podrían retratar estos hechos literales tan maravillosamente como éstas expresivas Figuras de dicción?

 

    Es lo mismo con las otras Figuras usadas en el v. 14, "Sobre tu vientre andarás". Esta Figura representa infinitamente más que el vientre literal de cuerpo y sangre; así como las palabras "calcañal" y "cabeza" lo hacen en el v. 15. Pinta ante los ojos de nuestra mente la pintura de la humillación final de Satanás; porque la postración siempre fue el más elocuente signo de sumisión. Cuando se dice "nuestro vientre se inclina hasta el suelo" (Sal. 44: 25), denota una postración prolongada y tal profundidad de sumisión cual nunca podría ser transmitida o expresada en palabras literales.

 

    Y así con la otra profecía, "y polvo comerás". Esto no se apega a la letra, o al hecho, pero es aún más cercano a la verdad. Habla de un constante, continuo pesar, fracaso, y humillación; como cuando se habla de obras engañosas como alimentándose de “pan de mentira”, que es "sabroso (o dulce) el pan de mentira, pero después su boca será llena de cascajo" (Prov. 20: 17). Esto no significa literalmente "cascajo" (o “grava”), sino algo mucho más desagradable. Significa un dolor tan grande que si se pudiera lo cambiaria por "grava" literal. Así de que cuando los Cristianos son reprendidos por "morderse y devorase unos a otros" (Gál 3: 14,15), algo más desgarrador se quiere transmitir que las palabras literales usadas en la Figura.

 

    Cuando "Sus enemigos lamerán el polvo" (Sal. 72: 9) no lo harán arrodillados con sus lenguas literales; pero estarán tan postrados y tan plenamente derrotados, que no hay palabras que pudieran literalmente representar su derrumbamiento y subyugación.

 

    Si después se le llamó nāchāsh a una serpiente, es porque esta era más reluciente que ninguna otra criatura; y si llegó a ser conocida como "astuta" (“sabia”), no era debido a su propio conocimiento positivo innato, sino por su sabiduría en ocultarse de toda observación; y debido a su asociación con uno de los nombres de Satanás (esa serpiente antigua) quien "engañó a Eva" (2 Cor. 11: 3,14).

 

 

    Es sorprendente cómo se pudo haber supuesto que una serpiente hablara sin los órganos del habla, o que Satanás hubiera sido supuestamente capaz de lograr tamaño milagro.3

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3. Aún mayor que el milagro hecho por El Dios Mismo, quien abrió la boca del asno de Balaam.

 

    Esto solamente nos muestra el poder de la tradición, la que ha, desde la infancia de cada uno de nosotros, puesto delante de nuestros ojos y escrito en nuestras mentes la imagen de una "serpiente" y una "manzana": la primera basada en una interpretación errónea, y la segunda solamente siendo una invención, sobre la cual no hay ni una sola palabra que se diga en la Sagrada Escritura.

 

    Nunca ha sido la sabiduría de Satanás tan astutamente usada como cuando él aseguró una aceptación universal de esta creencia tradicional: por que ha conseguido fijar la atención de la humanidad en la letra y los medios, cegando así los ojos del hecho solemne de que la Caída de hombre tiene únicamente que ver con la Palabra de Dios, y se centra en el pecado del haber creído en la mentira de Satanás en vez de en la verdad de Jehovah.

 

    La tentación de "el primer hombre Adán" comenzó con la pregunta: "¿Acaso ha dicho Dios?" La tentación de "el segundo hombre, el Señor del cielo" comenzó con una pregunta similar "Si tú eres el hijo de Dios", cuando la voz del Padre acababa de haber sido escuchada, quien dijo "Éste ES Mi amado hijo".

 

    Todo orbitó alrededor de la verdad de lo que Jehovah había dicho.

 

   La Palabra de Dios que estaba siendo cuestionada, llevó a Eva, en su respuesta, (1) a omitir la palabra “libremente” (Gén. 3: 2, compare con 2: 16); y luego (2) a añadir las palabras "ni lo tocaréis" (Gén. 3: 3, compare con 2: 17); y finalmente (3) a alterar una certeza y transformarla en una contingencia mediante el cambiar "CIERTAMENTE MORIRÁS" (Gén. 2: 17) en "PARA QUE no muráis" (Gén. 3: 3).

 

    No carece de significado que las primeras palabras Ministeriales del "segundo Hombre" fueran "Está escrito", repetidas por tres veces; y que sus últimas palabras Ministeriales contuvieran una triple referencia similar a la Palabra de Dios (Jn. 17: 8,14,17).

 

   La primera tentación tuvo éxito debido a que la Palabra de Dios fue tergiversada en tres ocasiones; la última tentación fue exitosamente derrotada debido a que la misma Palabra fue fielmente repetida.

 

    La historia de Gén. 3 intenta enseñarnos el hecho de que la esfera de actividades de Satanás se encuentra en la esfera religiosa, y no en las esferas del crimen o la inmoralidad; que su campo de batalla no es en los pecados que emergen de la depravación humana, sino en la incredulidad del corazón humano. No hemos de buscar las actividades de Satanás hoy en día en la prensa del periódico, o en los tribunales de la policía; sino en el púlpito, y en las sillas de los profesores. Donde   sea que la Palabra de Dios sea cuestionada, allí veremos el rastro de "esa serpiente antigua, que es el Diablo, y Satanás". Es por esto que cualquier cosa en contra de los verdaderos intereses de la Palabra de Dios (como tales) encuentra una admisión fácil en la primera plana de los periódicos del mundo, y es tratada como "literatura general". Es por esto que cualquier cosa a favor de su inspiración y origen Divino y su verdad espiritual rígidamente se excluye como siendo "controversial".

 

    Es por esto que Satanás está bastante contento con que el sentido literal (la letra, dice el original) de la Escritura se acepte en Gén. 3, como él mismo aceptó la interpretación literal (la letra) del Sal. 91: 11. Él mismo podía decir "Escrito está" (Mt. 4: 6) siempre y cuando la letra de lo que está “escrito” pudiera prevalecer en vez de la verdad transmitida por ella; y mientras pueda ser erróneamente citado o emplearlo.

 

    Este es su propósito en perpetuar las tradiciones de la "serpiente" y la "manzana", porque esto contribuye a la aceptación de su mentira, al esconder la verdad de Dios, el apoyo a la tradición, los abucheos del infiel, la oposición de los críticos, y el tropiezo del débil en la fe.

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